sábado, 10 de marzo de 2007
Cántico a la Espesura.


Es el título tentativo de lo que he estado trabajando desde ayer. Un proyecto para una escritura un poco más extensa de lo habitual, teniendo ojalá más de 40 páginas para armar algo más desarrollado de lo que habitualmente hago.

En fin, les dejo la primera página de este trabajillo.

Cántico a la Espesura.

Narrador - Y escuchaba sus pasos en los pasillos de la indecencia,
jugueteaba con sus manos, plebeya etérea,
encarnando la sangre y hostia de las lenguas bífidas acurrucadas.
Se inculpaba de mareos inconsecuentes,
cortando con rencor y vehemencia los límites de la locura.

Se encontraba encaminado en los salones de la demencia,
eyaculando en cada esquina estropajos de ardores indeseados.
recorría con cada mirada fría, gélida, de serpiente en punta y flor,
de rosa descabellada de espinas de tentáculos, los cuadros, pinturas y retratos de obsesiones pasadas y perpetuas,
que se escapan en cada esquina, meneando sus caderas al ritmo de la encrucijada.

Personaje - Ay de los besos y roces que por mi mente ya han pasado!,
que cruzaron mi espíritu helado de caricias bien deseadas.
Ay de aquellos que acercándose al destino fructuoso de la miel del alma,

En la obligación se ven de retirarse por promesas más altas que los juramentos jamás hechos,
que encaramados en las cornisas de las ventanas miran por sobre las ramas a la luna lejana,
obligando a destinos más sutiles posarse en los pasares más cercanos.

Perdónalos, mi Señor, perdónalos!
Que no saben qué acciones premeditan o realizan encontrándose ya aproximados a la idea del exterminio,
se acongojan mutuamente en un encuentro entre los suyos,
cambiando esas miradas ocultas e inentendibles, a los ligeros ojos de la inocencia y la confianza.

Perdona cada una de las traiciones, Señor, oh, Ilustre y Lejano!
Cada puñalada que recibiste en tu manto de flores y malezas se curen por las lágrimas del arrepentimiento.
Sé que no estaban en si mismos, que los ojos de aquel creído creador se acurrucaba en sus pobres almas y dormían bajo sus dinteles.

Que la tentación de beber de su sangre,
oh, Sutil Emperador,
no sea tan grotesca ni se esconda bajo las narices de vuestra casa inmaculada.
Que su mano no se extienda como lo hizo alguien más en las Bodas de Caná
y les ofrezca beber algo más que un vino lleno de símbolos,
ya un fluido puro que se derrama en los cabellos arrancados por manos deshuesadas.

Todopoderoso – Y es que los celos te carcomen!

Personaje – No es que celos recorran mi cuerpo
ni que los trazos de esos pinceles mágicos dibujen una sonrisa en mi cara
cada vez que encuentre la dicha en su cintura de hiel y tibieza.
No es que la lujuria recorra mis manos temblorosas por arrasar con sus vestiduras
y arrancar de su cuerpo todo leve vestigio de ropajes en absoluto,
retirarlo lentamente con los dientes y juguetear con la lengua,
pequeña serpiente frente a su escurridiza presa de griteríos y distancia.

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posted by Sonatina @ 3:20 p. m.   13 comments
sábado, 3 de marzo de 2007
Sobre la Justicia
Se castiga al pobre por tener hambre. Mientras, como dijo alguna vez Parra, el burgués mira con esos ojos fríos, duros, que asemejan al pan del disponible, del de sonrrisas sinceras y futuros y sueños.

Si extendieras tus manos y sintieses sus caras! Jóvenes y tiernas de roble bien nacido, en la Tierra Santa de la sinceridad y la natura. Si abrazaces tan fuerte que exprimieras su bien, el cariño a la existencia y a la vida paupérrima.

Si empuñaras tu arma, blandiendo contra el injusto y la indignidad y la indiferencia de un mundo tan sublime, de un Dios cada vez menos presente, que abandonó ya hace mucho tiempo a sus hijos, de ceniza y piel, encariñados con su jaula de carne, uñas y hueso, de las horas y minutos y segundos, de esos de años monstruosos, que escurren los ojos a través de los poros.

No porque Dios no exista alguien tiene que suplir su puesto.

Simplemente se llama a la Verdad, inquietante y purísima, Indigna Virtud Perseverante, fuego de llama y granizo, que hiela y quema con su brillante escarcha los cuerpos de aquellos que no merecieron por su primer respiro unos campos más verdes, unas miradas menos frías.

Y que no mires de reojo y por tu espalda a tan indignos seres! Que se extienda tu mano horizontal, acariciando el cabello de personas tan apasionadas.

Cito a Shakespeare, con un permiso más trillado que colonia de aguamiel:

Soy un judío.
¿Es que un judío no tiene ojos? ¿Es que un judío no tiene manos, órganos, proporciones, sentidos, afectos, pasiones?
¿Es que no está nutrido de los mismos alimentos, herido por las mismas armas, sujeto a las mismas enfermedades, curado por los medios, calentado y enfriado por el mismo verano y por el mismo invierno que un cristiano?
¿Si nos pincháis, acaso no sangramos ? ¿Si nos cosquilleáis, acaso no reímos?
¿Si nos envenenáis, acaso no morimos? Y si nos ultrajáis ¿no nos vengaremos?
¿Si nos metemos una ostia contra un pilar, acaso no nos destrozamos la mano?


Simplemente no me siento digno de hablar así. Tanta verdad comprimida exprime los jugos de las mentes suaves, el talento y el sentido de justicia que se esperaría de una persona, de un ser de carne, débil e incierto como nació bañado en chocolate, una persona no tan agobiante, con susurros y sermones que atragantan las vidas humanas. Que cuando miran por sobre su hombro, no ven más que un saco de estropajos, cebolla y maldiciones.

Hijos de puta.
posted by Sonatina @ 2:57 p. m.   6 comments
 
 
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