jueves, 28 de diciembre de 2006
Castigamos tus Fracasos

Han de preguntarse, queridos lectores, qué es lo que lleva a toda la especie humana, en especial al chileno puro (si, usted, el que está sentado frente a su computador leyendo este artículo, el que se levantará en un par de minutos mandando este texto a la mierda para ver la complaciente televisión) a trabajar de forma tan esmerada o tan floja (lo que suceda primero… o más bien, lo que suceda).

Si, mis queridos compradores, llame ya y le daremos las dos respuestas, por el precio de ninguna, cruda realidad: usted trabaja porque le tiene miedo al fracaso, y no al fracaso en si, sino que al margen social asociado a la flojera, cesantía y ocio.

Se preguntará entonces por qué usted no trabaja; y es por otra razón igual de divertida: porque usted es un fracaso. En cualquiera de las dos opciones nos vemos en la terrible agonía de la lucha contra las clases, de volarse en medio de una fiesta de stress y polución y pirarse a las lejanías de los no-recuerdos.

Y a fin de cuentas, quién quiere el ruido del trabajo sobre los hombros desgastados? Alguien dijo que la ciudad es “80% smog, 10% humedad y 10% desesperación”… quizás lo dijo usted! O usted, tal vez! Y si lo dijo es porque trabaja y si trabaja es por miedo al fracaso o a las relaciones sociales que éste lleva bajo el bolso.

Analicemos, entonces, la ciudad: si se pasea por el 80% de smog quizás se de cuenta de un dato muy interesante: que no ve nada a sus al rededores, espesa niebla le tapó los poros. En cambio, podrá ver gratos cambios en el 10% de humedad (de partida, podrá ver) caminando por los agobiantes 30º y 85 puntos de humedad de las tardes santiaguinas, deseando estar en el 10% de desesperación.

Ok, está bien, se fue (y lo dejaron) a los pequeños porcentajes de desesperación. Y entonces se da cuenta de que acaba de mandarse la cagada más irreverente de su vida, y añora con todas sus almas (si, más de una… sino pudiera tener más de una, de qué chucha servirían los 30 años de Iglesia?) estar caminando sonriente (aunque acalorado) en los de humedad.

Entonces volvió a su rutina de stress, rutina, trabajo y miedo al fracaso… o a su vida de ocio, alfalfa seca y fracaso.

Si usted trabaja y no le tiene miedo al fracaso, debería haberse parado a ver televisión hace un buen rato, como buen chileno que es.

Usted decide.

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posted by Sonatina @ 4:54 a. m.  
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